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El trastorno bipolar afecta cada año más a las personas en todo el mundo. Es una enfermedad crónica y recurrente del estado de ánimo que se caracteriza por episodios de trastorno maníaco o hipomaníaco a menudo seguidos de episodios de Depresión. Los episodios maníacos varían en su intensidad y duración y suelen incluir síntomas como la euforia, la impulsividad, la excitación y la agitación. La manía disfórica es una forma más grave de manía, caracterizada por síntomas como la ira y la irritabilidad, junto con los síntomas más tradicionales de la manía.
¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y el estado de ánimo. Los cambios a menudo incluyen episodios de manía o Hipomanía, que se caracterizan por sentimientos de euforia, alegría, energía excesiva o irritabilidad. Estos episodios pueden ser seguidos por episodios de profunda tristeza o depresión. Los síntomas del trastorno bipolar pueden variar en severidad desde episodios leves que apenas afectan a la funcionalidad hasta episodios graves que requieren tratamiento inmediato.
La manía disfórica es una forma más grave de manía, caracterizada por síntomas como la ira y la irritabilidad, junto con los síntomas más tradicionales de la manía. Esta forma de manía es más común en las mujeres que en los hombres y se considera un factor de riesgo de un trastorno bipolar grave.
Factores desencadenantes de la manía disfórica
Los factores desencadenantes de la manía disfórica se desconocen, pero se sospecha que pueden incluir factores físicos, ambientales y psicológicos. Por ejemplo, las condiciones médicas subyacentes, como el Estrés, la falta de sueño, la enfermedad, la drogadicción, los cambios hormonales y la exposición a ciertos medicamentos pueden desencadenar la manía disfórica. Los cambios en el entorno, como una disminución en el tiempo o la calidad del sueño, la exposición a estrés, los cambios en el entorno laboral o las interacciones sociales adversas también pueden contribuir a los episodios. Además, la genética puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de los síntomas de la manía disfórica.
Tratamiento del trastorno bipolar
El tratamiento del trastorno bipolar suele incluir medicamentos, terapia psicológica, Terapia de grupo y terapia de apoyo. Los medicamentos pueden incluir antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo o medicamentos antipsicóticos. La terapia psicológica puede ayudar a los pacientes a lidiar con la Ansiedad, la depresión, los cambios de humor y la desesperación, mientras que la terapia de grupo puede ayudar a los pacientes a lidiar con el sentimiento de soledad y a crear habilidades de afrontamiento. La terapia de apoyo también puede ser útil para ayudar a los pacientes a navegar el proceso de la recuperación y suministrar consejería y apoyo durante los periodos de recaída.
Implicaciones para el entorno social
El trastorno bipolar y la manía disfórica tienen profundas implicaciones para el entorno social. La manía disfórica afecta la vida social y familiar de los pacientes y puede afectar negativamente la relación entre los pacientes y sus seres queridos. Los episodios maníacos pueden provocar comportamientos imprudentes, como el abuso de drogas o el alcohol, el juego patológico o la infidelidad. Además, la manía disfórica puede afectar la memoria, la concentración y la capacidad de tomar decisiones, lo que puede conducir a problemas en el trabajo, la escuela o los vínculos personales.
Perspectivas de futuro para la manía disfórica
Aunque la manía disfórica puede ser una enfermedad desafiante, existen muchas perspectivas positivas para el futuro. La investigación ha demostrado que el tratamiento temprano y continuo con un equipo de profesionales de la salud mental puede ayudar a controlar los síntomas y minimizar el impacto de la manía disfórica en la vida de un paciente. Con el tiempo, una mejor comprensión de los factores desencadenantes y los mecanismos biológicos subyacentes de la manía disfórica ayudará a los médicos a desarrollar tratamientos efectivos para la enfermedad. Además, es importante que los pacientes y sus seres queridos conozcan los síntomas de la manía disfórica y busquen ayuda inmediata si se presentan de forma recurrente.
Es esencial que la comunidad se mantenga informada sobre el trastorno bipolar y la manía disfórica para ayudar a prevenir la desinformación y la estigmatización. Una mejor comprensión del trastorno también puede ayudar a los pacientes a sentirse validados y puede mejorar su calidad de vida.
Fuentes
- Hirschfeld, R.M., et al. (2015). Trastorno bipolar y depresivo: guías clínicas para el manejo. Oxford University Press.
- Sullivan, G., et al. (2013). Trastorno bipolar: una guía práctica para el manejo clínico. Cambridge University Press.
- Bauer, M. (2013). Tratamiento de la manía disfórica: un enfoque neurobiológico. Psychiatric Clinics of North America, 36(3): 539-550.
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